Más tarde, cuando a la luz del fuego mires ese rostro sereno, volverás a preguntarte: "Realmente, ¿es la doncella lunar de algún jardín nebuloso, o es una encantadora chiflada?". Pero la respuesta ya no te importará mucho.
Efervescente como sirena, como la nena que viene y que pide más. Más poesías yo no te puedo dar,vos sos mi nena y yo tu hombre , pero parece que algo comienza a fallary el rougue ajeno te hace delirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario